Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición PAN-PRI-PRD bajo la denominación “Fuerza y Corazón por México”, ha presentado una propuesta innovadora centrada en el cierre planificado de las refinerías de Cadereyta y Tampico en los primeros seis meses de su eventual mandato, así como en la transformación de Pemex a Emex (Energías Mexicanas).
La candidata destaca la importancia de salvaguardar la salud de más de 6 millones de personas como motivación principal para esta decisión, enfocándose en los impactos medioambientales y de salud pública asociados a estas instalaciones.
Desde Cadereyta, Nuevo León, Gálvez aseguró a los trabajadores de ambas refinerías que sus empleos no correrán peligro, garantizando la protección de sus derechos laborales durante esta transición.
La refinería de Cadereyta, según Gálvez, se ubica a escasos 40 kilómetros de la zona metropolitana de Monterrey y ha sido identificada como la principal fuente de contaminación en la región, contribuyendo significativamente a enfermedades respiratorias en una población de 5.3 millones de habitantes. Datos proporcionados por el Centro Mario Molina sugieren que la mortalidad asociada a causas respiratorias en la región metropolitana de Monterrey alcanza las 1,880 muertes prematuras al año.
En cuanto a la refinería de Francisco I. Madero, ubicada en Tampico, Gálvez señala que ha sido identificada como una de las principales fuentes de contaminación en el sur de Tamaulipas. Estudios indican un riesgo elevado de muertes relacionadas con los contaminantes emitidos por esta instalación, afectando a casi un millón de habitantes en la zona conurbada de Tampico y Ciudad Madero.
La propuesta incluye la transformación de Pemex a Emex, una empresa que no solo se enfocaría en la extracción de petróleo, sino que exploraría la producción de electricidad mediante la cogeneración y la geotermia. Este enfoque tiene como objetivo no solo reducir las emisiones al dejar de quemar metano y producir combustibles, sino también convertirse en una entidad rentable y sostenible sin representar un riesgo para las finanzas públicas.
Gálvez concluye su propuesta reiterando la importancia de la adaptación a las tendencias globales, enfatizando que la innovación y la transformación son cruciales para el futuro sostenible de la industria energética.