El Parlamento Europeo ha aprobado una nueva legislación que marca un hito en la lucha contra el cambio climático al establecer que todos los nuevos edificios construidos en la Unión Europea a partir de 2030 deben ser de cero emisiones.
Esta medida, que adelanta este requisito a 2028 para los inmuebles públicos, es parte de la revisión de la Directiva sobre Eficiencia Energética de los Edificios, la cual busca reducir las emisiones de CO2 y promover la neutralidad climática en la UE.
La nueva normativa también establece objetivos ambiciosos para la renovación de edificios existentes, exigiendo a los Estados miembros que renueven al menos el 16 % de los inmuebles no residenciales de su territorio para 2030, y el 26 % para 2035. Esto se suma a la obligación de eliminar gradualmente los sistemas de calefacción con combustibles fósiles para 2040 y dejar de subsidiar las calderas independientes a base de hidrocarburos desde 2025.
Para financiar estas medidas, se estima que los Veintisiete necesitarán 275.000 millones de euros al año hasta 2030 para renovar el parque de edificios. La directiva otorga flexibilidad a los Estados miembros para diseñar sus propias estrategias y financiamiento, pero se espera que al menos el 40 % de los fondos provengan del sector público y el 60 % del sector privado, con un papel destacado para el Banco Europeo de Inversiones en la financiación.
Además de los beneficios ambientales, la nueva legislación también busca impulsar la actividad económica, reducir las facturas energéticas, combatir la pobreza energética y mejorar la salud pública al mejorar la calidad del aire.