El próximo 1 de junio, en punto de las 18:00 horas, iniciarán los cómputos distritales en los 300 Consejos distritales del INE, consejerías ciudadanas, doble captura de votos, y procedimientos de conteo jerarquizados que iniciarán con la elección de ministras y ministros de la (SCJN) y seguirán hasta las juezas y jueces de distrito. Todo bajo la promesa de máxima transparencia y publicidad.
En una medida inédita de inclusión, el INE habilitó del 12 al 21 de mayo el voto anticipado para 5,555 personas con discapacidad, incluyendo a más de 1,800 cuidadoras primarias, quienes por primera vez pudieron participar mediante esta modalidad.
No puedo dejar de señalar algunos contrastes y desafíos que conviven con esta operación electoral. Por ejemplo, el nivel de complejidad técnica de los cómputos distritales, la ejecución de escrutinios simultáneos, el manejo de conteo de boletas diferenciadas por tipo de cargo judicial, por lo anterior el INE ha establecido que las sesiones serán públicas y se procurará su transmisión por internet. Una operación de esta magnitud exige experiencia, solidez administrativa y recursos.
Ahí surge la tensión central: el INE opera este proceso electoral, con un recorte de más del 52% de su presupuesto, lo que le obligó a adelantar los cómputos distritales respecto a procesos anteriores. Ahora, los cómputos iniciarán la misma noche del 1 de junio, una vez cerradas las casillas y trasladados los paquetes electorales a las 300 cabeceras distritales.
Es importante resaltar, que esto no significa que se vayan a presentar resultados o algún tipo de contéo rápido el día de la elección, solo se tendrá un cartel por casilla que informará cuántos ciudadanos acudieron a ejercer su voto, más no el resultado de la votación, pues 1 boleta no es 1 voto, es hasta 9 votos, en caso de cdmx por ejemplo, por lo que es materialmente imposible que el cómputo se realice en la casilla seccional.
La fase de cómputos distritales será la verdadera prueba de fuego, y aunque el Instituto ha realizado simulacros entre abril y mayo para afinar su operación el desafío no es menor. El número de cargos a computar, el orden jerárquico, la diferenciación de boletas y la simultaneidad de tareas exigen precisión absoluta porque una elección no solo se gana en las urnas, se valida en los cómputos. Y ahí no hay espacio para errores: hay leyes, hay ojos observando y, sobre todo, hay una ciudadanía que espera certeza.
Lo que ocurra del 1 al 10 de junio en los consejos distritales marcará no solo el desenlace de esta elección extraordinaria, sino el precedente técnico y ético para cualquier reforma que pretenda modificar el sistema judicial desde las urnas.
La democracia no solo vota, también cuenta. Y debe hacerse con rigor, sin titubeos y con absoluta transparencia.
KAREN TORRES
Colaboradora
@karentorres.mx