Más allá del dominio que pueda tener el partido guinda, el verdadero reto está adentro: pugnas, tensiones e intereses de grupo amenazan con fracturar la unidad interna. Y la oposición sigue sin articular una alternativa sólida, va en caída libre
Mientras la oposición sigue sin descifrar la cuadratura del círculo, la 4T avanza firme e inmune al desgaste. Sus tropiezos –y las críticas que recibe a diario– parecen no hacerle mella. Le han hecho lo que el viento a Juárez.
Los datos son claros: de cara a 2027, Morena encabeza las preferencias en 15 de las 17 gubernaturas en juego, además de liderar en la Cámara de Diputados y las contiendas por alcaldías y diputaciones en la CDMX, tal y como lo muestra la encuesta más reciente de El Heraldo de México.
Ni los escándalos de corrupción, ni los ataques a la libertad de expresión en estados como Puebla o Campeche, ni los pleitos en el Congreso han frenado su avance. PAN, PRI, MC y hasta algunos periodistas han sido incapaces de frenar a Morena… o a sus cuadros más cuestionables.
El respaldo ciudadano –por convicción o resignación– se mantiene. La gente sigue creyendo en Morena, aunque no necesariamente por sus logros, sino por la falta de alternativas creíbles. La oposición no conecta. Y eso pesa.
Claudia Sheinbaum lo celebra. Luisa María Alcalde, al frente de Morena, se atreve a anticipar “carro completo” en 2027. Ni siquiera la impopular Reforma Judicial o la polémica elección de personas juzgadoras han restado entusiasmo en las bases.
La verdadera disputa no es con la oposición, sino dentro de Morena. Ahí se están gestando las verdaderas batallas: por candidaturas, espacios, poder real.
Los conflictos internos se asoman con fuerza, sobre todo en estados como Zacatecas, Guerrero o San Luis Potosí, donde el veto al nepotismo impuesto desde Palacio Nacional complicará la vida a más de un liderazgo local.
Y, pese al entusiasmo, hay puntos donde Morena aún no tiene el control. Aguascalientes y Querétaro, gobernados por Tere Jiménez y Mauricio Kuri, resisten. Aunque, vale decir, la ventaja del PAN en ambos casos es corta. Y con una gestión como la de Kuri, el desgaste podría inclinar la balanza.
En otros territorios, el desplome es evidente para la oposición. En Chihuahua, por ejemplo, el PAN parece irse en picada: Morena podría ganar por hasta 20 puntos si hoy fueran las elecciones.
Así las cosas, el oficialismo tiene razones para sonreír. Pero falta ver quién, dentro de Morena, capitaliza esa fuerza. Porque el reto no es sólo ganarle a los de enfrente, sino sobrevivir a los de adentro.
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COMO ERA DE ESPERARSE, la encuesta de El Heraldo de México levantó ámpula. A algunos les sacó sonrisas; a otros, sarpullido, especialmente en las filas del PAN, de Jorge Romero, y del PRI de Alejandro “Alito” Moreno.
Andrea Chávez, senadora morenista, no ocultó su euforia: ya se siente candidata en Chihuahua.
En Zacatecas, Saúl Monreal también celebró. Cree que el apellido pesa más que el partido y buscará la gubernatura, con o sin Morena. Pero sus hermanos David y Ricardo tienen otros planes… y otros nombres.
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LO ANTICIPAMOS EN ESTE ESPACIO. La actuación de varias y varios consejeros del INE provocó enojo en el oficialismo y lo que viene es una reforma electoral, entre otras cosas para remover a los integrantes del Consejo General del máximo órgano electoral del país que encabeza Guadalupe Taddei.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “En Morena no hay adversarios, sólo compañeros dispuestos a apuñalarse por una candidatura”.