Pasadas las elecciones del 2 de junio inician ajustes de cuentas en las fuerzas políticas: unos, como Alito, se aferran a las dirigencias y otros, como Mario Delgado, esperan su recompensa
A la luz de los resultados, no hay manera de que los dirigentes de los principales partidos políticos se mantengan.
Las escandalosas derrotas que sufrieron hacen insostenible la permanencia de Marko Cortés (PAN), Alejandro Alito Moreno (PRI) y Jesús Zambrano (PRD).
Por voluntad propia o ajena, tienen los días contados en las presidencias de sus respectivos partidos políticos.
Y del otro lado, los que ganaron, también tendrán que dejar el cargo. Pero en este caso será para buscar el premio que les prometieron desde Palacio Nacional.
No es para menos, en el caso de Mario Delgado, por ejemplo, el presidente Andrés Manuel López Obrador le puso como meta ganar en estas elecciones lo que obtuvieron en 2018.
Pero no sólo cumplió. Lo superó con creces. En el caso de la elección presidencial, Claudia Sheinbaum obtuvo cinco millones de votos más.
Eso sin duda hace de Morena el partido más atractivo del momento. Por el peso político que logró en todo el país (24 gubernaturas) y las mayorías calificadas en la Cámara de Diputados y el Senado, pero sobre todo por el millonario presupuesto que tendrá para el próximo año.
Entre 2018 y 2024, el partido guinda pasó de 650 millones de pesos a tres mil 159 millones, cifra que seguirá en ascenso para el próximo año por el resultado de la elección.
En estos comicios, la ex jefa de gobierno logró el 59.5 por ciento de la votación, poco más de seis puntos porcentuales de los que obtuvo AMLO hace seis años, lo que se verá reflejado en las prerrogativas de este y los demás institutos políticos.
En ese contexto, no se sabe aún en qué fecha dejará Mario la presidencia de Morena, pese a que la ampliación de su mandato vence el 31 de octubre de este año.
Lo cierto es que ya empezaron a circular nombres de quienes podrían sustituirlo en el cargo: Citlalli Hernández, actual secretaría general de Morena; Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación; Rosa Icela Rodríguez, secretaría de Seguridad, y Adán Augusto López; ex corcholata presidencial.
Aunque todavía no hay fecha para el relevo, esta semana, luego de la entrega de la constancia de mayoría a Sheinbaum, empezarán a formalizarse los nombres de los integrantes del próximo gabinete presidencial.
Ahí es donde se espera que aparezca el nombre de Mario Delagado y, a la par, darán el banderazo para la renovación del CEN morenista.
En el caso de la oposición, Marko Cortés tiene seis meses, después de las elecciones, para dejar el CEN del PAN. Aunque dados los resultados, esperan que se vayan antes. Al fin y al cabo, ya tiene un lugar asegurado en el Senado.
Hay muchos jugadores, pero los llamados “padroneros” tienen el control del partido azul por lo que es inminente la llegada de Jorge Romero al nacional y, en una de esas, Santiago Taboada se queda en la dirigencia del PAN en la CDMX.
En el PRI, Alejandro Moreno cuadra todo para mantenerse en el cargo. Su gestión concluye a finales de agosto, pero sus allegados iniciaron un movimiento interno para que permanezca.
Por lo que hace al PRD, Jesús Zambrano perderá el registro, se quedará fuera del Senado y hasta sin edificio, papel y lápices dejarán al partido que fue el estandarte de la izquierda en México.
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EN LA NUEVA CONFORMACIÓN de la Cámara de Diputados y el Senado de la República, piden no perder de vista a personajes que jugarán un papel relevante en el Congreso, por la cercanía con la presidenta electa. Es el caso de Alfonso Ramírez Cuéllar, Leonel Godoy, Rocío Abreu, Gabriela Jiménez y Sergio Gutiérrez Luna, entre otras y otros.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “En la política, el mayor premio es mantenerse en el poder, y el mayor castigo es perderlo.”
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ