- Ecuador condiciona restablecer relaciones diplomáticas con México a la no intervención en sus asuntos judiciales.
- La captura de Jorge Glas en la embajada de México en Quito provocó la ruptura de relaciones entre ambos países.
- Daniel Noboa destaca la importancia de no ceder ante demandas que contravengan la legalidad y el principio de justicia en Ecuador.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha expresado su disposición para restablecer las relaciones diplomáticas con México, pero estableció condiciones claras.
En un evento en Madrid, Daniel Noboa destacó que Ecuador está abierto al diálogo siempre que se respete el principio de no intervención en asuntos judiciales internos y rechazó enfáticamente la liberación del exvicepresidente Jorge Glas.
El Presidente Daniel Noboa afirmó: “Respecto a México, siempre tendremos la apertura para arreglar nuestras diferencias”, pero subrayó la necesidad de que se respete la no intervención en temas judiciales de Ecuador. El mandatario señaló que, hasta ahora, la única condición impuesta por México ha sido la liberación de Glas, lo cual Ecuador no puede aceptar.
La crisis diplomática entre Ecuador y México se originó en abril, cuando fuerzas policiales ecuatorianas asaltaron la embajada de México en Quito para capturar a Jorge Glas, quien había recibido asilo político en dicho país.
Este incidente sin precedentes llevó a México a romper relaciones con Ecuador y a exigir la liberación de Glas, argumentando que su estatus de asilado debía respetarse.
Daniel Noboa reiteró que la concesión de asilo a Jorge Glas fue ilegal, ya que él está acusado por la justicia común en Ecuador. “Dejaríamos un pésimo precedente si es que cedemos” a la petición de liberarlo, afirmó el mandatario Noboa, quien también destacó la importancia de no utilizar embajadas para proteger a criminales.
En su gira europea, El presidente Daniel Noboa visitó Italia, donde se reunió con el presidente Sergio Mattarella y el papa Francisco, y Francia, donde fue recibido por el presidente Emmanuel Macron.
Su viaje culmina en España, tras encuentros previos con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el rey Felipe VI.