México enfrenta la amenaza de deportaciones masivas anunciada por Trump, mientras el gobierno busca soluciones ante un panorama crítico de remesas en picada y problemas graves de inseguridad en estados clave
El año está por concluir, pero en México persiste la amenaza lanzada por Donald Trump de realizar deportaciones masivas cuando asuma, por segunda vez, la presidencia. Una advertencia que, de materializarse, generaría un alud de importantes afectaciones económicas, políticas y sociales para ambas naciones.
Existen alrededor de cinco millones de mexicanos indocumentados que cumplen con el perfil para ser expulsados a partir del 20 de enero, fecha en que el nuevo mandatario estadounidense tomará posesión.
Este dato puede no decir mucho, pero cuando surge la pregunta: ¿Cómo afectará esto a México? es cuando realmente se dimensiona el tamaño del problema.
¿Habrá espacios para recibirlos? ¿Se crearán refugios temporales? ¿Quién les proporcionará los medios para sobrevivir: salud, vivienda y empleo? ¿Serán enviados a sus lugares de origen? ¿Y qué impacto tendrá todo esto en la economía mexicana, cuando dejen de enviar, vía remesas, miles de millones de dólares?
Son preguntas cuyas respuestas ya tiene la presidenta Claudia Sheinbaum, razón por la cual, envió al canciller Juan Ramón de la Fuente a reunirse con representantes de migrantes y cónsules en el sur de EU.
Le pidió brindar todo el apoyo y asesoría para que los mexicanos legalicen su situación migratoria antes de la llegada del próximo mandatario estadounidense. Sin embargo, parece que el tiempo no será suficiente, por lo que siguen buscando alternativas para mitigar los daños que provocan las deportaciones masivas.
En el ámbito económico, los efectos podrían ser catastróficos. Hasta octubre pasado, según BBVA, las remesas a México reportaron una caída anual del 1.6%, con 5 mil 723 millones de dólares ingresados en comparación con los 5 mil 818 millones de dólares de octubre de 2023.
Lo peor no es esto, ya que durante 2024 las remesas acumularon cinco meses consecutivos de caídas: en marzo (-3.4%), mayo (-1.0%), julio (-1.3%), septiembre (-4.6%) y octubre (-1.6%).
Recordemos que AMLO siempre presumió las remesas como un triunfo de su gobierno, pero nunca logró impulsar ni negociar una política migratoria que mitigara los daños que hoy reclama Trump.
De hecho, la gestión del embajador saliente de EU en México, Ken Salazar, ha sido una de las más cuestionadas y desastrosas.
Su mala gestión y la “buena” relación con AMLO no rindieron frutos para ninguna de las dos naciones. La alianza entre Salazar y Roberto Velasco, encargado de atender la relación con EU, resultó prácticamente inútil. Los resultados son evidentes en áreas como migración y tráfico de drogas, entre otros.
Si a esto se suman las malas condiciones en las que se encuentran algunos estados de la República, especialmente en materia de seguridad, el futuro de los deportados no parece prometedor.
Recordemos que Michoacán, Guanajuato y Zacatecas son las entidades que más mexicanos expulsan hacia el norte del continente y, además, son los estados más violentos, con altos índices de inseguridad y presencia del crimen organizado, algo que sus gobernadores no han logrado solucionar.
Ese es el panorama que enfrentan los millones de mexicanos que están en riesgo de ser deportados a territorio mexicano por el pendenciero Trump.
***
SI BIEN NO DESANGELADA, la recepción organizada por el embajador Ken Salazar fue notablemente menos concurrida que en ocasiones anteriores. La velada del miércoles, celebrada en la residencia de la embajada en la CDMX, contó con la presencia de empresarios, periodistas y figuras de distintos sectores. Sin embargo, si este evento fue su despedida oficial, dejó la impresión de que el gobierno federal no mostró interés alguno en rendirle honores.
***
Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “La migración es como el tequila: cuando se maneja mal, todo termina en desastre.”