Mientras que unos jueces promovieron amparos contra la Reforma Judicial, otros los echaron para atrás, dejando ver que ni entre los propios juzgadores hay un criterio único en torno a tan controvertido tema
Cómo estará de enredada la aplicación de la justicia entre magistrados y jueces que ellos mismos se hicieron bolas en la promoción de los recursos que presentaron para frenar la Reforma al Poder Judicial de la Federación. De pena ajena. En su afán por detener la embestida de Morena en el Congreso de la Unión, dos jueces (Martha Eugenia Magaña López, jueza federal de Morelos, y Felipe Consuelo Soto, juez de Amparo y Juicios Federales en Chiapas) otorgaron suspensiones provisionales para impedir que el tema en cuestión fuera discutido en la Cámara de Diputados. Quien o quienes los hayan enviado, falló en la estrategia. Los hicieron quedar en ridículo. Por muy legítima que sea su lucha, no procedieron. Quedó la sensación de que alguien en la Corte y la oposición está desesperado.
Los actos promovidos representaban una flagrante violación a la división de poderes. Los jueces de distrito no están facultados para impedir el quehacer legislativo. Menos, evitar que se dé el debido trámite a iniciativas y reformas. Lo que pretendían era impedir que los legisladores cumplieran la función que se les ha conferido. Esos jueces, en los hechos pretendieron invadir atribuciones del Poder Legislativo. Por otro lado, una iniciativa, incluso ya dictaminada, no es un acto consumado, por lo que no procedía admitir a revisión las solicitudes de amparo. Además, no está por demás decir que los amparos no proceden contra reformas constitucionales.
Esa fue la razón por la que los legisladores ignoraron la instrucción de los juzgadores. Cometieron una aberración jurídica, según expertos en la materia. Se equivocaron por una simple y sencilla razón: emitieron un fallo sobre una acción que además no se había materializado. En palabras simples y llanas: es como si quisieran sentenciar a un hombre por el simple hecho de creer que cometerá un delito.Tan mal estuvo todo que el mismo fin de semana los tribunales Tercero de Chiapas y Quinto de Morelos suspendieron los juicios. Por lo que más allá de si les asistía o no la razón a los primeros juzgadores, el Congreso podía continuar con la discusión y aprobación de la Reforma Judicial. Por eso se detuvo también el intento de llevar a juicio político a los jueces Martha Eugenia Magaña y Felipe Consuelo Soto. De la que se salvaron, porque Morena y sus legisladores ya dieron muestra de lo que son capaces.
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PARA EL PRESIDENTE DEL SENADO, Gerardo Fernán- dez Noroña, “no es tema” la amenaza de la panista Lilly Téllez, quien advirtió que le hará la vida de cuadritos en la Cámara alta. Traducción, como lo dijo un político de la vieja guardia cuando quiso evadir un asunto: “que no esté chin… molestando”. Lo único que busca la panista, dijo Noroña, es colgarse de su popularidad.
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SERIAS DIFICULTADES han tenido que enfrentar las y los alcaldes de la CDMX en sus procesos de transición. La mayoría porque, quienes se van, se resisten a entregar la administración como lo marca la ley y, otros tantos, porque deben entregar la mitad o más de las posiciones de su gobierno a su partido, particularmente a Morena. Además, las y los alcaldes tendrán que rendir cuentas al “delegado” que enviará la jefa de Gobierno, Clara Brugada, a cada una de las 16 alcaldías de la capital.
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A PROPÓSITO DE LA CDMX, algunas y algunos de los futuros funcionarios no ven con buenos ojos la incorporación de Alejandro Encinas a la próxima administración. El manejo del caso Ayotzinapa y el asunto de los desaparecidos lo dejaron muy mal parado. Con todo y que sea uno de los fundadores de la llamada 4T.
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Y como dice el filósofo… No me acuerdo: “Las leyes mal hechas deben ser remendadas; pero hasta que sean remendadas, debemos respetarlas”.